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Diagnóstico de diabetes en niñ@s


La gran mayoría de los niños que debutan con diabetes son diagnosticados con diabetes tipo 1, la cual suele presentarse de forma repentina, generando un gran impacto e incluso un trauma significativo en el núcleo familiar.


Es fundamental reconocer que el diagnóstico no afecta únicamente a los padres, sino también a los hijos, pudiendo generar problemas de comportamiento, baja autoestima y trastornos emocionales.


Cada niño tiene su propia forma de reaccionar, además de que sus pensamientos son muy distintos a los de un adulto, por lo que para poder ayudarlos es necesario conocer el efecto psicológico que produce el diagnóstico en ellos.


Los niños son muy receptivos a los estados de ánimo y las formas de actuar de los adultos, por lo que es importante crear un ambiente de tranquilidad donde el niño perciba normalidad. A pesar del impacto del diagnóstico que está acompañado de sensación de culpa y emociones como tristeza, preocupación, enojo y miedo, seguir realizando las actividades del día a día ayuda a fomentar la calma, el equilibrio familiar y el sentimiento de resolución.


A continuación, encontrarás información sobre cuáles son las reacciones más comunes que pueden tener los niños y cómo influye la edad en esto.


● Menores de 4 años

Los niños tan pequeños no comprenden qué es la diabetes ni lo que implica, pero sí perciben el sufrimiento que sus padres sienten por una situación relacionada a ellos. El diagnóstico en la mayoría suele acompañarse con una estancia en el hospital, lo cual puede ser una experiencia desagradable, que genera ansiedad y miedo derivados de los procedimientos empleados en el diagnóstico y tratamiento. Es necesario explicarles que todas aquellas actividades relacionadas a los pinchazos, a las hospitalizaciones y a los cambios en la alimentación no son un castigo, sino parte del cuidado de su diabetes.


En los casos de aquellos menores de 2 años, su vida está ligada a su actividad sensorial y motora, por lo que no hay emociones a largo plazo. La imitación es fundamental para que el niño aprenda a convivir positivamente con las tareas ligadas al tratamiento, por lo que si ve a los demás familiares realizar acciones como pincharse sin magnificar los momentos, le generará confianza.


Entre los 2 y 3 años es importante tener paciencia porque el niño aún no es capaz de entender la necesidad de seguir un tratamiento, habrá que involucrarlo en la toma de decisiones menores como el dedo que quiera utilizar para el monitoreo de glucosa.


● De 4 a 6 años

Al igual que en aquellos menores de 4 años, al momento del diagnóstico es muy importante hacerles entender que no han sido hospitalizados porque hayan hecho algo mal. Los niños en edad preescolar muestran gran interés en conocer sobre su condición y ya son capaces de entender explicaciones sencillas sobre la diabetes.


Sigue existiendo cierto rechazo y rebeldía hacia el tratamiento, más en esta etapa es necesario comenzar a ampliar su independencia personal, otorgando gradual y progresivamente tareas relacionadas con el manejo de la diabetes, lo cual ayudará en el proceso de separación temporal de los padres al ir a la escuela.


Es importante no abrumarlos con demasiada información y únicamente dar las explicaciones necesarias y adaptadas a su nivel de compresión. También hay que instruir a los profesores sobre los cuidados básicos para que el niño se encuentre seguro aun en la ausencia de los padres. Deben saber medir la glucosa, identificar una hipo o hiperglucemia, cómo inyectar insulina y glucagón y algunos aspectos básicos sobre alimentación. Hay que recalcar que se deben evitar las acciones sobreprotectoras, ya que pueden resultar contraproducentes.


● De 7 a 9 años

En esta etapa los niños se dan cuenta perfectamente de que algo ocurre con su salud, por lo que es esencial evitar hacer una tragedia sobre su diagnóstico. No hay que olvidar que los niños reaccionarán de acuerdo con la reacción de sus padres. Llegadas estas edades, la fantasía va dejando lugar al realismo, por lo que el pensamiento adquiere un papel fundamental. También las relaciones se establecen con los amigos, lo cual puede llevarlos a compararse con sus compañeros que no tienen diabetes por lo que hay que ayudarles a desarrollar patrones de comportamiento que les faciliten superar esta etapa.


● De 9 a 12 años

Debido a la cercanía de la adolescencia, aquí comienzan a existir cambios hormonales que dificultan el manejo de la diabetes. Al mismo tiempo se presentan cambios en el comportamiento, como rebeldía, que tampoco ayudan al manejo de esta condición, por lo que es fundamental que los padres se muestren como modelos de afrontamiento: serenos y eficaces.


Es necesario reforzar los conocimientos y habilidades de los niños, además de apoyar su autonomía para que puedan cuidar de sí mismos cuando no estén en casa y sin la supervisión constante de terceras personas.



¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?


Los niños están llenos de curiosidad, por lo que hay que estar preparados para responder a todas las dudas o preguntas que puedan surgir en torno a su diabetes, con empatía, sin engañarlos y tomando en cuenta su nivel de comprensión.


Según la edad del niño pueden ser de ayuda los juegos, dibujos o cuentos para transmitir y recibir la información. Hay que recalcar que los niños tienen una gran capacidad de adaptación y que el anticiparles lo que va a ir ocurriendo los ayuda a prepararse, sobre todo si se sienten acompañados durante el proceso.


Algunas de las preguntas más comunes que pueden surgir son: ¿Qué es la diabetes?, ¿Me voy a curar?, ¿Por qué tengo diabetes?, ¿Por qué me tengo que inyectar?, ¿Por qué no puedo comer lo que quiero?, entre otras.


Por otra parte, reconocer sus emociones es igual de importante que contestar sus dudas. Hablar con ellos a menudo, escucharlos y ponerse en su lugar ayudará a que se expresen con mayor facilidad. Hay que estar conscientes de que el hecho de tener diabetes lo suelen vivir diferente los padres y los hijos pero con el paso del tiempo, tanto la persona con diabetes como su familia se dan cuenta de que se puede vivir con esta condición y tener una buena calidad de vida.


Elaboró Educadora en Diabetes Angélica Macías Guzmán


Bibliografía

● Henríquez-Tejo, R., Cartes-Velásquez, R. (2018). Impacto psicosocial de la diabetes mellitus tipo 1 en niños, adolescentes y sus familias. Revisión de la literatura. Rev Chil Pediatr. 89(3):391-398. DOI: 10.4067/S0370-41062018005000507

● Sanz Font, O. (s.f.). La diabetes de mi hijo. Disponible en: https://www.fundaciondiabetes.org/upload/publicaciones_ficheros/7/ladiabetesdemihijo1.pdf

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● International Diabetes Federation y International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes. (2017). Libro de bolsillo para el tratamiento de la diabetes en la infancia y adolescencia en países de escasos recursos. (2ª ed.). Bruselas.

● Fundación para la diabetes novo nordisk. (s.f.). Influencia según edad. Disponible en: https://www.fundaciondiabetes.org/infantil/229/influencia-segun-edad



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