Elaboró: Marcela E. Vega García
El diagnóstico de la diabetes representa un evento con un fuerte impacto emocional, quizá por el hecho de saber que se trata de una enfermedad crónica e incurable, algunas personas pueden pensar que vivir con diabetes necesariamente implica presentar graves complicaciones crónicas y por lo tanto, la pérdida de una calidad de vida óptima.
Ante el diagnóstico se genera un sentimiento que implica la pérdida de:
La salud.
La libertad de comer lo que se desea.
El estilo de vida confortable.
Las expectativas de vida (profesional, laboral, personal, etc.).
La percepción del sentimiento de pérdida tiene mucho que ver con la edad en la que se realiza el diagnóstico, pues no será lo mismo para un niño (que podría no comprenderlo) que para un adolescente o para un adulto, sin embargo, en muchos casos se generan emociones diversas.
Las emociones pueden ser muy variadas y cambiantes y se presentan de acuerdo con las experiencias vividas, pero es importante saber que no hay emociones buenas ni malas, las emociones son normales y son parte de un proceso.
Es importante tener presente que la conducta de tus consultantes está influenciada por sus percepciones. Una persona puede sentirse poco susceptible porque cree que su diabetes es leve, pero una persona que presenta complicaciones se sentirá más vulnerable o agobiada por las consecuencias negativas.
Si una persona piensa que el autocuidado de la diabetes tendrá beneficios, entonces aumentará la probabilidad de que adopte conductas de autocuidado, en cambio, si se piensa en un pobre beneficio del autocuidado, se tiene una percepción pesimista de este o una actitud negativa, entonces la probabilidad de realizar autocuidado será mucho menor.
Muchas personas tienen problemas emocionales y quienes viven con diabetes no son la excepción. Este aspecto es sumamente importante y se debe de considerar y observar en el momento del diagnóstico. Dar la noticia sobre su diagnóstico de diabetes no será sencillo para tu consultante y tú, como profesional de la salud, tienes en tus manos la posibilidad de lograr que la noticia se asimile mejor.
Todos a lo largo de nuestra vida y en diferentes circunstancias hemos experimentado emociones como tristeza, amor, felicidad, alegría, enojo, preocupación, temor, frustración, culpa, ira, apatía, angustia, ansiedad, etc. Muchas veces no expresamos estas emociones, tal vez porque pensamos que son malas o incorrectas, o nos avergonzamos de lo que sentimos, sin embargo, intentar evitar o controlar las emociones, o pretender que no las sentimos, no será de ayuda y ocasionará un “mar de emociones” reprimidas.
Una persona con diagnóstico reciente de diabetes tendrá agolpadas todas estas emociones, lo cual tendrá repercusión en la toma de decisiones y en la realización de acciones en su día a día para el autocuidado de su diabetes.
La atención médica se fundamenta en un diagnóstico correcto y en la elección de un tratamiento adecuado, sin embargo, en el caso de una enfermedad crónica, como lo es la diabetes, esto podría ser insuficiente, pues la diabetes requiere no solo de un diagnóstico y de un tratamiento farmacológico correcto, sino también de muchas exigencias terapéuticas y educativas, de la toma de decisiones en el día a día y de cambios de conducta. Pero, antes de llegar a este punto, lo más importante es que el paciente asimile y acepte su diagnóstico, lo cual llevará un tiempo. No olvides que la conducta humana, en gran medida, está determinada por nuestras emociones.
Ante una pérdida, las personas debemos transitar por un proceso de duelo. El duelo es una respuesta emocional normal, el duelo implica cambios y reacciones físicas, emocionales, intelectuales y cognitivas que ocurren durante el proceso de cicatrización de una herida psicológica. El proceso de duelo es individual (cada persona debe vivir su propio proceso), único (es diferente para cada persona) y temporal (tiene un principio y un fin) y en cada persona se presentará de manera diferente en función de la edad, de la personalidad, de la situación económica, de las creencias religiosas y culturales, de la disponibilidad de apoyo familiar, etc., por lo que no se debe esperar que, para cada persona, el proceso sea igual en sus manifestaciones y en su duración.
Es importante considerar que la reacción inicial ante el diagnóstico de la diabetes va a variar en cada persona y la receptividad suele ser baja en ese momento, por lo que la habilidad para escuchar, comprender y aprender podría ser limitada. La empatía del profesional de la salud es trascendental en este momento y sus comentarios y actitudes influyen decisivamente en la relación médico-paciente. Una frase inicial que podría ayudar es “Comprendo que usted se siente agobiado en este momento, pero yo estoy aquí para ayudarlo a enfrentarlo”, adicionalmente, es mejor iniciar preguntando ¿Qué es lo que más le preocupa en este momento? Observar, escuchar y recoger información inicial ayudarán a conocer el estado emocional del paciente.
La comunicación es un arte que permite recopilar información, conocer ideas, pensamientos y expresiones a través del habla. Escuchar es la capacidad de captar, de atender y de interpretar los mensajes verbales y otras expresiones como el lenguaje corporal y el tono de la voz. Escuchar significa deducir, comprender y dar sentido a lo que se oye. Es añadir significado al sonido. La escucha activa aporta muchos beneficios, por lo que se debe prestar atención y utilizar el contacto visual, reconocer el lenguaje corporal y, principalmente, evitar las respuestas automáticas. La finalidad es no solo escuchar el mensaje, sino comprenderlo en su totalidad, con todo y las emociones implícitas.
Una comunicación eficaz favorece el progreso eficiente y asertivo del proceso en diversos contextos de desarrollo humano.
Recomendaciones para el momento de dar el diagnóstico a una persona:
Da información realista y positiva: No se debe ocultar que la diabetes es una enfermedad progresiva que, sin un manejo adecuado, tendrá complicaciones, sin embargo, es sumamente importante reforzar lo positivo y hacer énfasis en que es posible controlarla adecuadamente, minimizar las complicaciones y tener una vida normal. El consultante debe saber que con el manejo adecuado los beneficios son mayores que las desventajas.
No lo asustes hablándole sobre todo lo malo que pudiera sucederle si no lleva un control adecuado.
No lo satures de información, pues esto, más que aprendizaje o motivación para realizar cambios de conducta, ocasionará agobio.
Explica porqué se presentó la diabetes, esta es una duda muy común. No refuerces sentimientos de culpa y explica que la diabetes no se le presentó por tener conductas malas, sino que es la consecuencia de diversos factores que se conjugaron.
La percepción que tienen las personas acerca de la diabetes está influenciada por su conocimiento de otras personas con la misma condición, por lo que es importante que preguntes ¿Qué sabe sobre la diabetes? ¿Qué ha visto o escuchado? De esta forma podrás identificar no solo su percepción, sino también mitos, creencias y temores.
Una vez que identifiques sus creencias y percepciones entonces explica, con lenguaje muy sencillo, qué es la diabetes y corrige los conceptos erróneos.
Pon atención en la reacción del consultante, escucha y percibe lo que está comprendiendo o asimilando en el momento.
Si el tiempo es una limitante, entonces otorga información básica pero precisa sobre su tratamiento inicial y explica que debe recibir educación en diabetes cuanto antes.
Recuerda: Cuando des un diagnóstico de diabetes ten presente que enfrentar la pérdida de la salud no es sencillo para nadie. Dale tiempo a tu consultante para asimilarlo y tómate tu el tiempo para escucharlo, esto hará más sencillo el proceso y aumentará la probabilidad de que se apegue a su tratamiento y realice los cambios de vida y de conducta, necesarios para afrontar su condición
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Referencias:
Hernández-Calderón, A., Lesmes-Silva, A. La escucha activa como elemento necesario para el diálogo. Convicciones, 9 (1) (2018), 83-87. Enero/junio 2018, ISSN 2389-7589 (Online).
Pérez Pastén, E. Educación en diabetes, manual de apoyo. México, 2010.
Pérez Pastén E., Educación en diabetes, Manual de apoyo para el educador en diabetes. Tomo 2. Aspectos educativos, México, 2018.
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