Prevención secundaria en diabetes: cuidemos lo que ya tenemos
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Prevención secundaria en diabetes: cuidemos lo que ya tenemos
LNG EDC Angélica Macías Guzmán
Noviembre es el Mes de la Diabetes, un momento perfecto para reflexionar sobre cómo
podemos proteger nuestra salud y evitar complicaciones a largo plazo. Mientras que la
prevención primaria busca evitar que una condición aparezca, la prevención
secundaria se enfoca en quienes ya tienen diabetes, con el objetivo de detectar a
tiempo problemas y actuar antes de que se compliquen.
¿Qué es la prevención secundaria?
En el contexto de la diabetes, la prevención secundaria implica identificar factores de
riesgo y complicaciones de manera temprana. Esto incluye la revisión periódica de la
glucosa, la presión arterial, los lípidos, la función renal y la salud de los ojos y los pies.
El objetivo es evitar o retrasar el desarrollo de complicaciones crónicas como daño
renal, neuropatía, retinopatía o enfermedad cardiovascular. No se trata solo de
revisiones médicas, sino de un enfoque integral que combina autocuidado,
automonitoreo y hábitos saludables, así como la comunicación constante con tu equipo
de salud.
¿Por qué es importante?
Las complicaciones de la diabetes se desarrollan a lo largo de los años de manera
silenciosa. Por ejemplo, la neuropatía o el daño renal pueden progresar sin síntomas
claros hasta un punto donde el daño ya sea irreversible. La prevención secundaria
permite detectar señales tempranas y actuar de inmediato, reduciendo riesgos y
mejorando la calidad de vida. Además, está comprobado que llevar un manejo
adecuado de la glucosa, la presión arterial y los lípidos, junto con hábitos de
alimentación saludable y actividad física, reduce significativamente la probabilidad de
complicaciones graves.
Estrategias clave de prevención secundaria
1. Monitoreo regular de glucosa:
Medirse la glucosa de manera constante permite observar tendencias a lo largo del
tiempo y detectar cambios que podrían indicar riesgos tempranos de complicaciones.
No se trata solo de registrar un número: analizar los patrones diarios ayuda a ajustar la
alimentación, la actividad física y los medicamentos de manera informada. Incluso los
valores aparentemente normales pueden ocultar picos o caídas que, si no se
identifican, pueden provocar daño a largo plazo.
2. Visitas periódicas al médico:
Acudir a revisiones médicas programadas permite detectar complicaciones silenciosas
antes de que se manifiesten síntomas. Esto incluye exámenes de fondo de ojo, función
renal, revisión de pies y de presión arterial. Además, el seguimiento profesional
asegura que los tratamientos se mantengan actualizados y personalizados según la
evolución de cada persona, y brinda la oportunidad de discutir cambios en estilo de
vida o estrategias de autocuidado.
3. Alimentación equilibrada:
Una dieta adecuada no solo ayuda al manejo de la glucosa, sino que también reduce el
riesgo de enfermedad cardiovascular y daño renal. Incorporar alimentos ricos en fibra,
frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras ayuda a mantener niveles estables
de azúcar en sangre. Evitar excesos de azúcares refinados, grasas saturadas y
ultraprocesados protege órganos como el corazón y los riñones, que son
especialmente vulnerables en la diabetes.
4. Actividad física constante:
El ejercicio es un pilar clave en la prevención de complicaciones, pero debe planearse
de forma individual. La recomendación general es acumular al menos 150 minutos
semanales de actividad aeróbica moderada, junto con ejercicios de fuerza y flexibilidad.
En personas con diabetes, es esencial considerar el riesgo de hipoglucemia, por lo que
medir la glucosa antes, durante y después del ejercicio ayuda a prevenir eventos
adversos. Además, moverse con regularidad mejora la sensibilidad a la insulina, el
control del peso, la presión arterial y el estado de ánimo.
5. Educación y autocuidado:
El conocimiento empodera. Las personas con diabetes que participan activamente en
su tratamiento logran mejores resultados a largo plazo. La educación en diabetes debe
ser continua, práctica y centrada en la persona, abordando temas como conteo de
carbohidratos, interpretación de mediciones, uso correcto de insulina y manejo de
situaciones especiales (viajes, enfermedad, ejercicio, etc.). Además, mantener una
comunicación abierta con el equipo de salud (médico, nutriólogo, educador en diabetes,
psicólogo) permite hacer ajustes oportunos y prevenir complicaciones antes de que
aparezcan.
Además de seguir hábitos saludables, la detección temprana de complicaciones es
clave, ya que las personas que realizan controles periódicos de retina, riñón y pies
tienen menos riesgo de hospitalizaciones y pérdida de autonomía. Esto resalta que la
prevención secundaria no solo mejora la salud física, sino también la calidad de vida, al
permitir que quienes viven con diabetes mantengan su independencia y bienestar.
La prevención secundaria también se fortalece con apoyo familiar y social. Compartir
información sobre la diabetes con quienes conviven contigo, motivar hábitos saludables
y acompañar a las revisiones médicas puede mejorar la adherencia y disminuir el
estrés. Un entorno informado y consciente actúa como un refuerzo positivo para
mantener el cuidado diario.
El uso de herramientas digitales y dispositivos de monitoreo es otro aliado poderoso.
Glucómetros, aplicaciones de registro de glucosa y recordatorios de medicamentos
permiten tener un historial detallado, detectar patrones y facilitar la comunicación con el
equipo de salud. La tecnología hace que la prevención secundaria sea más práctica,
precisa y personalizada.
Tu papel en la prevención secundaria
La prevención secundaria no depende solo de los médicos o los medicamentos. Cada
acción cuenta para proteger tu salud y disfrutar de una mejor calidad de vida.
Noviembre, como Mes de la Diabetes, es un buen momento para revisar tu plan de
autocuidado, agendar tus revisiones y reforzar hábitos. Recuerda: prevenir no es solo
para quienes aún no tienen diabetes; también es para quienes ya viven con ella. La
prevención secundaria te ayuda a vivir con tranquilidad, seguridad y bienestar.
Bibliografía
Centers for Disease Contriol and Prevention. (2024). Póngale el freno a las
complicaciones de la diabetes. Disponible en:
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National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Cómo prevenir
los problemas de la diabetes. Disponible en: https://www.niddk.nih.gov/health-
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prevenci%C3%B3n







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